miércoles, 14 de diciembre de 2011

COLUMNA LA CAÑERIA, POR FONTANERO EDICION # 357

Qué pasa raza, fíjense que no es por intrigar, pero ahora que anduvo por estas tierras priyistas la crema y nata de la polaka para acompañar a Charly Luciani en el evento donde habló de los resultados de su primer año como chif de la mafia política, se escucharon todo tipo de comentarios y uno que otro chascarrillo pasadón sobre la comparecencia social del gobelino, pues ahora con eso de que el tema de moda son las lecturas, los libros y los autores de los textos, los asistentes al mensaje del informe y sobre todo los opositores al régimen priyista comentaron que el libro favorito y de moda en Aguascalientes era precisamente el del Primer Informe de Gobierno, ya que éste era fácil y rápido de digerir, puesto que no traía nada de contenido porque realmente lo único que se estaba cumpliendo era un año en el gobierno y nada de las promesas en las que basó su campaña el jefe del Poder Ejecutivo. De lo que se expuso en el mensaje del informe de Charly Luciani ya nos dieron cuenta con amplitud las publicaciones de todo tipo que están al servicio del poder, por lo que les transmitiremos los chismes, rumores y yerros que se vivieron en la fiesta del tlatoani priyista, ya que para empezar el acarreo de la prole de las colonias periféricas estuvo a la orden del día, a grado tal que el butaquerío del Teatro Aguascalientes fue insuficiente para darle cabida y hubo necesidad de acondicionar como sede alterna de ese evento partidista a lo que queda del Museo Descubre, que fue a donde se mandó con torta, chesko y todo a los priyistas de las colonias jodidas, las comunidades rurales y de las cabeceras municipales, para que a través de pantallas gigantes siguieran el mensaje de Charly Luciani. El tlatoani fue bien arropado por los chipocludos del priyismo nacional, puesto que estuvieron presentes en esa fiesta popular partidista desde el nuevo presidente del CEN, Pedro Joaquín Coldwell, hasta el precandidato presidencial Enrique Peña Nieto, el padrino político de Charly Luciani, Manlio Fabio Beltrones y un buen de gobernadores del mismo clan político y uno que otro ex gobernador como el mismo Luis Armando Reynoso Femat, que llegó partiendo plaza en compañía de su picador oficial Raúl Cuadra García y quien declaró a los chicos malos de la prensa que no podía faltar a un evento tan importante para felicitar a su socio político y cuatacho en un día tan especial para Charly Luciani y su gobierno. Personalmente no lo vimos, pero nos comentaron las malas lenguas que uno de los primeros en felicitar de abacho, becho y toda la cosa al informante fue ni más ni menos que Luis Armando Reynoso Femat, quien de plano le dijo a Charly que era uno más de sus esbirros. Lo que sí le escuchamos decir al ex gobernador fue que su socio tenía que buscar una justificación creíble de la falta de resultados en su primer año al frente del gobierno, ya que tuvo el atrevimiento de decir que él entregó la administración sin deudas, con un remanente financiero importante y con programas y obras exitosos encaminados, los que luego fueron desatendidos y truncados por haber por allí otro tipo de intereses. Luis Armando Reynoso sorprendió con su declaración cuando dijo que días antes de entregar la estafeta a Charly Luciani le había pedido de favor especial que dejara en su puesto de Subsecretario de Egresos a Alejandro Díaz Lozano, el sobrino incómodo que le está haciendo mucho ruido y generándole serios dolores de cabeza a la administración estatal, por aquello del nepotismo, que es uno de los distintivos del gobierno del progreso. A ver ingeniero, barájenosla más despacio, fue lo que los sorprendidos comunicólogos le pedimos a Reynoso Femat cuando se aventó esa jalada de pelos, puesto que es de todo mundo conocido que a la conclusión de su mandato popular el ex gobernador comentó que ni siquiera podía abogar ni meter las manos por él mismo, ya que en una de esas hasta salía quemado. Ah que canijos y mal pensados son mis amigos los reporteros, fue lo que dijo el ex gobelino, para continuar tejiendo su chaqueta mental al decir que en realidad lo que quería era terminar de ayudar a Charly Luciani porque se veía mal que fuera directamente él el que designara a su sobrino como encargado de Despacho de la Secretaría de Finanzas, puesto que así como es de mal pensada la raza terminaría por decir que se quería meter a toda la parentela en la nómina oficial. Jajaja, no marche mi Rorro, ahora sí como que se le prolongó gacho, pues de cuál fumó, que se está aventando unas mentirotas que ni siquiera usted mismo se cree, fue lo que los compas reporteros le espetaron al socio mayoritario de Charly Luciani. Otros que también se la jalaron pero de a feo fueron otros parientes y colaboradores cercanos del gobelino que les dieron un trato grosero a socios de la alianza electoral que hizo posible el retorno del priyismo al gobierno, y es que déjeme le cuento que los dipus verdes Sergio Augusto Ramírez y José Luis Ramírez Escalera, junto con su presidente Chava Cabrera, fueron levantados de las butacas del teatro donde ya estaban esperando el show de Charly, con el argumento de que los lugares que ocupaban estaban destinados para invitados especiales y no para la prole, lo que hizo que los verdes se levantaran encabronados y salieran casi corriendo y con cara de pocos amigos, aventando todo tipo de consignas contra el gobierno del progreso pa los cuates. Como de momento lo que quiere es consolidar su imagen y hacerse pasar como uno más de la prole o de la sangrona chusma populachera, como expusiera en el face book su hija, resulta que Quique Peña Nieto se portó muy dócil y accesible con los reporteros que lo entrevistaron al terminar la fiesta priyista que tenía como héroe de la película a Charly Luciani, pues a diferencia de hace un año, cuando estuvo por acá para atestiguar la toma de posesión del gobelino, ahora contestó una ronda de preguntas de los compas reporteros y además complació al viejerío que le pidió la foto del recuerdo y donde salía muy sonriente y con su pelo lleno de goma y su copete singular. El día del informe a Charly Luciani  se le observó contento y hasta satisfecho de los logros alcanzados en su primer año como gobelino, pese a los chistes de mal gusto que se aventaron los opositores sobre ese acontecimiento, aunque dejó para otra ocasión la gira por los municipios, las comunidades y las colonias más pobres, como lo había ofrecido para redondear la celebración del primero de los seis años de su gobierno.

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