jueves, 20 de octubre de 2011

COLUMNA LA CAÑERIA, POR FONTANERO EDICION # 349

Híjole mis jefecitos, miren que no es por intrigar, pero como que Charly Luciani enseñó el cobre y su total aversión hacia la presidenta incómoda en que se ha convertido la vecina Lorena Martínez, pues mire que decir que sería una tonta si no deja la alcaldía y aprovecha su “popularidad” para practicar el paso de la muerte y llegar al Senado, definitivamente lo deja mal parado con los priyistas y con la misma ciudadanía. A Charly Luciani se le olvidó que es el gobelino de estas tierras, que a Lorena Martínez la puso como presidenta del municipio la gente con su voto y que se le eligió para un cargo de tres años y no para andar de maromera de la polaka, por lo que se le vio muy fuera de lugar con esa declaración descabellada con la que provocó que la alcaldesa se sonrojara y llorara de coraje al sentirse traicionada por quien ahora la quiere lo más retirada de él y fuera de Aguascalientes, así de sencillo. Con su desatinada declaración, que con toda seguridad será recordada con el tiempo como uno de sus yerros políticos más serios, el gobelino retrocedió a su tiempo de jefe priyista en agüitas y dio una muestra clara de que él y únicamente él será quien tome las decisiones en ese partido, importándole nada lo que piensen, propongan y voten los militantes. Hay quienes piensan que Charly Luciani se vio obligado no a destapar como candidata sino prácticamente a correr a Lorena Martínez del Estado, por sus celos políticos enfermizos y es que en las evaluaciones ciudadanas él sale muy pero muy debajo de la presidenta, a la que se le reconoce trabajo, imagen y resultados, que es donde el gobierno del progreso sale mal calificado. Con la desafortunada declaración del gobelino, quien debe estar que no lo calienta ni el sol es el inge Lupe Ortega, el presunto presidente priyista, ya que se sintió desplazado por el jefe, ya que entre los mismos priyistas se comenta que lo que dijo Charly lo debió haber dicho Lupe, pero llegado el momento, eso para que no se vea que entre la Lorena y el Charly lo que hay son celos políticos enfermizos y poco interés por respetar la decisión que tomamos los votantes en su momento, ya que a la Lore no la escogimos para que gobernara la ciudad un año y menos para que se pusiera a las órdenes del gobelino o para que se vaya del cargo cuando se le ocurra y se lo proponga el gobelino. La Lore estaba muy cerca de Charly cuando éste hizo la declaración de que lo mejor era que la presidenta pidiera licencia para separarse del cargo, por lo que se puso más helada que una paleta con lo que le chismearon y luego de salir de su asombro se le pusieron vidriosos los ojos tapatíos que tiene y pidió que los metiches reporteros no le preguntaran su opinión porque tendría que pensar muy pero muy bien lo que respondería a lo que con mala leche dijo Charly Luciani, porque tampoco quería ponerse al nivel de su enemigo político y falso promotor… Donde igual andan como canes y felinos es en el bando de los panuchos apanicados, pues resulta que el grupo de los chuchos, banda que encabeza la Chucha Martínez y su compadrito del alma Arturo González, nomás no puede ver ni en pintura a su presidente Jorge López Martín, aunque nos dicen que ocurre lo mismo de éste hacia aquellos, y que detrás de esos caprichos de chiquillos caguengues no está sino el control del partido y la decisión sobre las futuras candidaturas con las que jugará el azul en  las votaciones federales. Ah pero no se crea que el pleito entre los panuchos nada más se refleja en los piquetes de ojos que se lanzan en la prensa, sino que el asunto se ha llevado inclusive al terreno personal, ya que ha habido retos directos para dirimir las diferencias a moquetazos. Los panuchos comentan abiertamente que Arturo González y la Chucha Martínez se han propuesto hacerle ahora sí que la vida de cuadritos a Jorge López hasta hacerlo tronar y que mejor se regrese a manejar sus empresas transportistas, porque como político ha resultado una verdadera nulidad. Los panuchos cada que pueden le echan tierra y estiércol de pasada a Charly Luciani y a la presidenta de la ciudad, pues ahora nos salieron con que ambos personajes andan presumiendo con sombrero ajeno las obras que arrancaron en el segundo y tercer arete periférico de la ciudad, cuando que la ejecución de las mismas están a cargo del gobierno de Felipe Calderón, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que es la oficina del gobierno federal que concursó las obras y la que pondrá la lana de las mismas. Dicen los panuchos apanicados que Charly Luciani haría bien y se anotaría un éxito, el primero de su gobierno, si se apresura para que se reanude hasta su terminación el libramiento carretero de la ciudad, que buena falta hace para impedir que los pavimentos de los tres anillos viales se vean dañados por el uso constante que le dan a los mismos los pesados camiones transportistas. El gobelino empezó a preparar maletas porque en los siguientes días agarrará el pájaro de acero que lo llevará a él y a su comitiva hasta las tierras del lejano oriente, donde nuevamente viajará para visitar a los viejos conocidos de los ojos rasgados y para ver si de pasada logra pescar alguna inversión para Aguascalientes, que buena falta le hace al Estado para poder abrir el mercado del trabajo y para que ya no se le llame más a su administración el gobierno “Nini”, porque ni hay progreso, ni hay empleo y tampoco obra pública. El viaje a las tierras del señor Miyagi, el gobelino lo hará en compañía de la maestra Blanca Rivera, su esposa, del rector Mario Andrade Cervantes, de la Universidad Autónoma, de su voz cero Carlos Penna de Dávila Villaseca y de otros pegostles que volarán y permanecerán por poco más de una semana en el lejano oriente con todos los gastos pagados, ah claro, le atinó, con dinero de nuestros impuestos.

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